Pongamos que eres la otra mitad,
que sonreímos igual y
miramos lo mismo.
que sonreímos igual y
miramos lo mismo.
Pongamos que nuestros sueños
son todos compartidos,
que se cumplen a la vez
y que no nos damos ni un respiro.
Pongamos, entonces, que somos
uno.
uno.
Que aburrido, ¿no?
Ester®