No quiero profanar la paz sincera
de esta amistad que entre los dos se yergue;
ni quiero que mi orgullo se postergue
ante una frase que quizás me hiera.
Por eso si te allegas por la acera,
con un mirar donde el amor se iriza,
mi saludo es tan solo una sonrisa
o alguna leve inclinación austera.
Pero mi sombra que conoce a fondo
todo el misterio de este amor tan hondo,
todo el secreto de mi muda entrega;
Con movimiento de furtivo vuelo,
arrastra su figura por el suelo
para besar tu sombra cuando llega.