¡Cuántas vanidades envuelven nuestro temperamento!
Las más comunes son las vanidades de nuestro cuerpo,
o de nuestra capacidad de "ganar" o "tener éxito" bajo las reglas
del mundo. ¡Y nos inflamos como sapos!. Sentimos que somos
más que los demás, que nos admiran, que quieren ser como nosotros, estar cerca nuestro. Y luchamos para lograr ese cuarto de hora de fama, de aplauso, de reconocimiento. ¡Cuánto somos capaces de hacer y resignar por ese minuto de podio, de escenario! Nos gustan las luces de los reflectores sobre nosotros, que nos miren, que nos adulen. Títulos, honores, ropas,
modos de caminar y de pararse, cortes de pelo, nuestro lenguaje.
¡Son todas vanidades!
También hay vanidades que están más ocultas, que son más difíciles de reconocer: ser el más inteligente, el más perfecto, el que sabe todo, para regocijo íntimo. Aunque a veces nos vemos como gente callada y poco visible, pero orgullosos de ser, interiormente, más que los demás aún en ese aspecto. Si, somos tan ridículamente vanidosos que hasta nos envanecemos de ser más humildes que los demás. ¡Vanidosos de nuestra humildad! La actuamos, posamos
en una actitud de humildad vacía, no sincera.
Cuando los golpes nos arrebatan esa seguridad que nos hace
como verdaderos pavos reales, gallardos y arrogantes frente al mundo, nos damos cuento cuánta mentira hay en nuestras vidas.. q vacía se encuentra.!
Forma parte de un mecanismo íntimo y universal del ser humano.
Tras la satisfacción de las necesidades fisiológicas, de salud y seguridad, estan las necesidades de pertenencia, de estima y reputación y, finalmente, de autorrealización.
La vanidad tiene que ver con los tres últimos niveles.
Hay una vanidad de ostentación hacia los demás,
pero también hay una vanidad de ostentación hacia uno mismo.
Hasta que no llegamos al límite de la vanidad, no nos damos cuenta de ello. Por algo dicen "el camino de los excesos conduce a la sabiduría". Creo que el amor propio es positivo hasta que se convierte en vanidad.
Nuestro camino en la vida es buscar ese equilibrio y
conocernos para comprender nuestro entorno y lograr paz interior...
Un Abrazo en la distancia...